viernes, 14 de enero de 2011

Dominando a la intensidad

Alguna tuviste una sensación recorriendo tu cuerpo como un torrente de electricidad que no podés parar?
Cada gran periodo de la vida trae un vínculo de este tipo, o al menos espero que se lo haya llevado a cada uno de los que lean esto, la sensación que no entra en un sólo cuerpo y por eso pide dos.
Lo jodio de los sentimientos es que no entran en contenedor alguno, no puden dimensionarse jamás, surgen en alguna molécula ínfima de tu cuerpo y se disparan hacia todo tu sistema, creciendo hasta sentir que vas a estallar como un fénix en llamas.
No hay contenedor posible para un sentimiento verdadero, su intensidad es incomensurable y es por eso que sentimos que jamás va a pasar, el poder de algunos sentimientos es cargarse incluso la noción de tiempo, jamás sabes cuanto tiempo pasó cuando estuviste bien, y parecen no pasar jamás cuando estás mal.
A los 19 sentís que todo es para siempre y no hay mañana, al mismo tiempo. A los 25 entendiste que para siempre es demasiado tiempo y te empezás a tomar las cosas con cierta mesura, pero eventualmente las sensaciones te envuelven, volviendote un dios o un infierno para quien este cerca. A los 30 estoy aprendiendo que la intensidad fabulosa que te lleva al cielo te puede soltar y hacerte caer al suelo desde muy alto o, y este es el peor escenario, sacar lo peor de tu propio ser.
La vida no vale mucho si vivimos a cuenta gotas, pero abrir la canilla al mango puede ahogarnos, esta vez estoy buscando el punto que más me guste, cada uno tiene el suyo, sólo hay que tratar de encontrarlo. De nada sirve jugarse todo en una mano de truco.

http://www.youtube.com/watch?v=uelHwf8o7_U&feature=player_embedded

miércoles, 6 de octubre de 2010

Mercantilismo emocional

Tengo una amiga con la que es recurrente el tema "soltar". Charly dijo "cuando el mundo tira para abajo es mejor no estra atado a nada" y algo de razón tiene.

Hace un tiempo que vengo barajando la posibilidad de cambiar de trabajo, uds. dirán (con gran razón) "y dale querida, que estás esperando?" y yo me pregunto lo mismo. Después de varios intento fallidos de armar, digamos, mi CV (por mi profesión es algo un poco más complejo, pero no viene al caso).

Ahora bien, por un lado tengo una decisión tomada, que es no querer estar más en un lugar, y por otro una sensación interna que me ata y paraliza cada vez que me pongo a hacer mi CV. Entonces me puse a andar el hermoso trecho "qué carajo te ata, querida?".

Y desarmando la historia me dí cuenta que hace casi 4 años que estoy en ese lugar, que cuando entré mi estado personal era muy distinto, que ganaba mucho menos pero laburaba más feliz, con otro objetivo, que el eje estaba mucho más puesto en la "juerga amisteril", digamos, que en si me aumentan, me ascienden o me dicen que me quieren (laboralmente hablando).

Cuando entré en este lugar no tenía una de las amigas más grandes que me regalo la vida, no tenías muchas historias que ahora le voy a contar a mi nieta mujer, no tenía un deparamento, no tenía (ni por asomo) la expectativa de llegar más alto en mi profesión, no tenía un grupo de descontrol como el que adquirí en este lugar, etc.

Y aca, justo aca, es donde me di cuenta de algo, me di cuenta de 2 cosas:
1) Cuando me vaya (y sé que eventualmente va a suceder) no dejo un puesto de laburo, dejo un pedazo de mi vidas atrás;
2) Que es más fácil decir que no tenés tiempo de hacer algo, que hacerlo y que no funcione.

Creo que hoy les debo la conclusión.... o por ahi no, por ahi la conclusión es que cuando pensás "cuánto me cuesta hacer X?" no es solo el hecho de ejecutar, ESE NO ES EL COSTO, el costo es SOLTAR muchas cosas y es mejor tener clara la lista, al menos para saber cuánto vale.

domingo, 22 de agosto de 2010

Repetición repetición repetición...

Dicen que cuando repetimos mucho una palabras empieza a carecer de sentido, pierde la carga de significado que contiene. De hecho los niños cuando aprenden una palabra la repiten hasta que se hartan (o hartan a sus padres, esta última suele ser la más usual). Lo cierto es que muchas veces cuando comenzamos una relación todo lo que nos dice el otro es maravilloso, contamos una y mil veces a nuestros amigos lo que nos dijeron, y me dijo y yo le dije y desde entonces nos decimos, etc.

Pero sucede algo muy particular con el tiempo, algunos se quejan de que sus parejas ya no son lo mismo, que ya no los tratan igual, que ya se paso el amor, la pasión, etc. Pero hoy me puse a pensar una pequeña trampa, a veces (muchas más veces de las que confesamos) el otro nos sigue diciendo la mismas cosas "que nos ama", "que nos extrañó", "que la vida es genial juntos", etc. pero por alguna razón dejamos de registrarlo, Lo ecuchamos?? por supuesto, no estamos sordos, contestamos?? por supuesto, papá y mamá nos educaron bien "permiso, por favor y gracias" y en este caso puntual "yo también".

Y entonces??? si X lo dijo y nosotros lo oímos, es más, le contestamos!! Dónde está la ausencia de la que nos quejamos?? Estimadísimos, lo que mata no es la humedad, ES LA REPETICIÓN.

Creo que la única reflexión que se me ocurre es "menos repetición y más atención", que la falencia verbal del otro, a veces, es más bien una sordera propia.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Parálisis vital

Estaba pensando en los cuentos que nos cuentan de chicos, y me colgué en la historia de la bella durmiente. Traté de imaginarme a la "bella doncella" dormida sobre el pedestal y tuve una reflexión caprichosa, que tal si no fue el hechizo del hada lo que mantuvo a la pricesa intacta por 100 años sino su desconexión del mundo?
Convengamos que en estado de letargo no hay mucho por lo que arrugarse, ni riesgos que correr. Entonces pensé que somos las arrugas y cicatrices de la vida que elegimos. Esta no es una oda en favor del envejecimiento digno, a todos nos gustaría ser forever young, sería hipócrita negarlo.
La verdad es: no me gustan mis nuevas arrugas, pero definitivamente me encanta lo que me recuerdan y es que, en el tiempo que llevo en este mundo, realmente estuve viviendo.
Este post va dedicado a la cicatriz que llevo en mi brazo derecho, producto de mi curiosidad con el reflejo en una plancha caliente para ropa, cuando tenía 7 años. Esa misma curiosidad me llevó años después mucho más lejos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Poné cara (un exabrupto matinal)

Es casi de mañana, pero llueve y el ambiente nublado amengua la seguridad en la calle.
Abasto no ayuda, zona jodida para hacerse el guapo o el caminador.
Son las 6 y necesito caminar, mitad para bajar el alcohol, mitad producto del mismo alcohol. Pongo mi mejor "cara de negra", es obvio que el tono de la tez ayuda, y largo.
Y empieza el desfile de caras, a veces asusta y me digo "sos morocha, no jodas!" Empiezan los boliches borders, varios muchachos más petisos y también más morochos que yo, salen de tugurios que preferiría no conocer nunca. La casta más trabajadora de nuestra sociedad pierde los estribos el sábado y seamos honestos, lo merecen por tragar nuestra mierda argenta de lunes a viernes.
Sigo caminando, 3 blondas con coche propio gritan en plena calle, probablemente víctimas del alcohol, como pidiendo en este mismo grito ser también víctimas de la próxima placa de Crónica.
Respiro, prendo un pucho, me meto un chicle en la boca y empiezo a mascar del lado izquierdo, me da un toque de chica recia... bah... eso me gusta creer... Acá vienen 6 flacos que, en estado de sobriedad, me harían cruzar de vereda, sigo con mi paso firme y mi chicle, pasan de largo, parece que no existo, en este contexto es algo positivo, aceptémoslo...
Sigo, 1 cuadra, 2, 3, 4, 5, 6 dónde carajo está la calle que busco??!!!.... un diariero, estos tipos siempre parecen buenos, de este lado o del otro de la General Paz, es un hecho. Sigo 1, 2, 3...6, 8 cuadras, un adolescente que no pasa los 15 me esquiva más de lo que yo lo evito, lo que hace la pose!!
A veces necesitamos perder el control remoto que asegura nuestras vidas, y por suerte esto también es parte de la oferta turística de una ciudad pro... ah! en caso de que alguien se lo pregunte: sí, si tenía plata para un taxi.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Mentiras verdaderas

Hay una película que acuña la famosa frase "quieres la verdad??!! NO PUEDES MANEJAR LA VERDAD!!!" En esa frase está implícito el poder del poseedor de "la verdad", y porqué no decirlo, la situación de inferioridad del oyente. Quién no le ha mentido a sus padres "porque no hubieran entendido", excusa adolescente por excelencia.

Ahora bien, qué pasa cuando es el orador el que o puede "manejar la verdad", aún peor, cuando no puede manejar SU propia verdad??
Recientemente a una amiga se le planteó la duda de si algunos de sus amigos le mentían. Después de enumerar algunos hechos, lo que quedó planteado no era una mentira y sí.
Voy a explicarlo de la siguiente manera: quién aquí suscribe es atea, es decir, no cree en la existencia de dios alguno, entonces, si alguien se persigna delante de mi, me miente?? La respuesta obvia es NO.

Entonces, todos tenemos un cierto nivel de conciencia de nuestra propia realidad, pero eso no es necesariamente "la verdad", esa conciencia esta mezclada y filtrada con nuestros miedos, inseguridades, negaciones y experiencias vividas.

Es por eso que desde este espacio exhorto a todos mis amigos y conocidos a tirarme en la cara cada "verdad" que yo me mienta. Porque lo peor de no conocer nuestra propia verdad, no es mentirle a los otros, es perdernos de vivir lo que VERDADERAMENTE nos está pasando.
Sean más maleducados y escupan sus verdades a diestra y siniestra, que entre todos vamos a estar más cerca de entender "qué carajo esta pasando en nuestro mundo??!"

jueves, 25 de junio de 2009

Push play!

Ajedrez, damas, truco, generala, ta-te-ti y podríamos seguir todo el día... la maravilla de los juegos! Son nuestro primer sistema de aprendizaje, "aprendemos jugando" o por lo menos mi generación lo hizo. Y algo de esa mecánica lúdica se queda con nosotros para siempre, a veces pensamos que dejamos de jugar, pero la verdad es que no, sólo jugamos distinto.
En la era de la histeria el mejor jugador gana. Ahora bien, hasta dónde somos buenos estrategas y cuándo pasamos al frívolo campo de la seducción sin sentido. Porque el gran quilombo de la seducción sin sentido es que termina siendo algo así como un juego sin premio, o sin ganadores.
Nadie puede negar que un grado de histeria no solo es saludable, sino que además levanta la autoestima, un cumplido por acá, una miradita por allá, un contacto físico mínimo con la escusa de algún dialogo igual de innecesario.... ok, hasta acá firmo. Hasta acá sería un simpático ta-te-ti que se puede dar en cualquier ámbito de nuestras vidas, la movilidad de este juego es limitada y por ende los participantes harán lo propio para llegar probablemente a un empate, se dispensaran una sonrisa afable y continuarán con sus vidas.
Qué pasa cuando esto crece o se repite de manera inescrupulosa, cuando las movidas se condensan todas en una línea de tiempo más bien breve? La primera conclusión, y las más lógica es que, hace rato cambiamos de juego, a las claras un alfil no tiene nada que hacer en un tablero de ta-te-ti.
Aquí hay 2 probabilidades: la primera, ambos jugadores eligen color y se lanzan a la fabulosa aventura de jugar al ajedrez; opción dos, una de las partes trae el tablero de ajedrez necesario para ese alfil que le trajeron, mientras que la otra parte mira con cara de sorpresa y se abraza al tablero de ta-te-ti como si fuera la última media luna de grasa un domingo a las 5 de la tarde.
Sras. y Sres. nos ponemos de pie para saludar a la bandera de la histeria, quien a como vienen las cosas, próximamente tendrá su propia nación!.
Mi estimado lector, si ud. no es el que se abrazó al tablero, le tengo muy malas noticias, ha sido arrastrado a Hysterialand "la tierra donde sus deseos nunca se realizan".
Por lógica adulta, ud. debería retirarse con un saludo cortés y continuar con su vida... peeeeeero allí va de nuevo a poner la carita (en el mejor de los casos), y sí, cómo no hacerlo, cómo resistir a esa fuerza interior que nos retrotrae a nuestra tierna infancia dónde continuamos jugando, porque más tarde o más temprano vamos a ganar!!!
El pequeño inconveniente de comportarse así de adulto es que nos podemos volver jugadores compulsivos y perder mucho más que el alfajor que nos dio al abuela para el recreo.
Entonces, resumiendo las variables, tenemos: un jugador que no termina de resolver a qué quiere jugar, un juego indefinido y unas ganas locas propias de seguir apostando.
Querer seguir jugando es algo natural en todo ser humano, y más en esta era, yo personalmente me niego a dejar de jugar, pero tampoco puedo "jugarme las joyas de la abuela en una mano de truco", entonces como decía una vieja publicidad "Y ahora que hago, que hago??!!"
Creo que lo fundamental es decidir qué juego queremos jugar con cada persona. Y por sobre todas las cosas pensar si realmente queremos ganar, porque el secreto que nadie te cuenta es que hay juegos en la adultez que sólo están hechos para jugarse, jamás para ganarse.
Así que tomen sus tableros, elijan a sus contrincantes, que mientras sepan a qué están jugando, ES DIVERTIDISIMO!!!
Este post va dedicado a un amigo heredado que recientemente me instó a volver al teclado vía e-mail, caballero esto es para ud. que tiene la humildad suficiente para consultar a sus amigas mujeres y seguir aprendiendo como funciona el maravilloso juego de los vínculos.